ISRAEL
Tu cuerpo está en Jerusalén
el mío apoyado en Venecia
en el Puente de la Academia
miro a tu Oriente
desde el pretil de Occidente
el espacio entre nosotros es un abismo.
El Mediterráneo ha sentido en sus entrañas
la pena del hombre por sufrir la lejanía del amor
escondido en el vientre de sus olas
me lleva a Galilea.
Al amanecer del puerto de Acre
veré tus ojos de trigo
entre las ramas sigilosas
del Monte de los Olivos.
De anochecida estaré contigo en Judea
tocaré el aldabón con la recia mano del trueno
ábreme una de tus cien puertas para siempre
amor mío, para quedarme contigo.
Pablo Martin Laborda
Periodista y escritor
Madrid